Averatto

Todos tenemos un talento inexplorado, procuremos hallarlo antes de caer en el tedio acostumbrado.

jueves, 8 de julio de 2021

Un paso a la vez.

Alguna vez habrás tenido anhelos, habrás vislumbrado fantasías, trazando el curso de la travesía, que te transporte a la tierra de las alegrías. 

Una vez entrada en el camino habrás topado con el paisaje espejo, aquel que simula ser de tu anhelo el cumplimiento, luce tan sobrio y un tanto añejo, que no lo dudas ni por un momento. 

Te encuentras ahí, donde siempre habías soñado, donde el menor esfuerzo le arrebató el sentido a lo añorado, la locación más perfecta pero también más mundana, y es que la recompensa estaba en el camino, nunca en el destino. 

A partir de ahí has caminado sin cesar, disfrutando del regocijo de lo transitado, quizá sin a un objetivo arribar, con la gratulacion del trayecto haber gozado. 

En innumerables ocasiones se va a dormir para poder soñar, y se despierta para intentar vivir, seamos fieles creyentes de experimentar y transitar, al final las utopías son castillos que se cimentan en alegrías, nunca los verás en la calle de la gran ciudad, deberás salirlo a buscar y quizá, en algún momento lo logres encontrar. 


jueves, 22 de abril de 2021

Il Jogo...

Siempre que comienza el juego deseas conocer las reglas, antes de la comprensión buscas sacar ventaja, hallar el resquicio, buscas tus fortalezas para derribar los titubeantes muros de las prohibiciones, tus cualidades te harán acreedor de aquellas bonificaciones... Cualquier competidor, así sea el más indiferente de la disciplina, de la recompensa misma, buscará por introducción las premisas mencionadas, no existe un jugador que renuncie a la diversión cuando existirá la gratificación.

Imagina entonces poner en el tablero de la interacción, un puñado de reglas obra de tu imaginación, aquellas donde la propia pericia podrían matar la mejor de las astucias, sueña con poner en jaque a la lógica con un tecnicismo, coartar a la química con una descalificación, alterar a la física con un giro de redirección. Sería fantástico dominar el tablero siendo tú mismo, sin la necesidad del menor esfuerzo, a sabiendas que tu peqeña introspección te lleva a la remuneración, has encontrado un grado de felicidad sin siquiera pestañear.

Los cánones han dictado la similitud entre el juego y la guerra, entre la misma guerra y el amor, hay que dejar en claro que quien poco arriesga todo tiene por ganar y al mismo tiempo casi nada por perder, la ironía se torna densa, posteriormente perversa cuando el creador del juego se siente rebasado, sus castillos son endebles, las armas insuficientes y la defensa una falacia, jamás tendremos la batalla ganada reculando y jugando a sobrevivir, quien nunca ataca aspira a no perder, quien no batalla poco tiene por ganar, aquel que no sangra simplemente no debería luchar; pobre de aquél que encuentre gallardía en rivales de jerarquía intrascendente, mísero guerrero el que encuentre consuelo fuera del coliseo, indiferente el triunfo bajo la sombra de la compensación a la tristeza, imperdonable la superioridad ante la sombra del miedo transformado en grandeza, pero sobre todo, valiente aquel que ataca de visita sin medir las consecuencias, bravía la delantera que irrumpe en el corazón del poderoso, derrotado aquel que en propia tierra brinde un comportamiento vergonzoso.