Emergió nuevamente aquel fantasma, curiosamente un día sin importancia, quedándose para si mismo el protagonismo de un momento indiferente, llegó para rodear con dudas un entorno calmado pero sin rumbo definido, como si su presencia interpretara una premonición al abismo, o más bien un despertar del sueño y la pereza, que estaba cerca de constituir un vicio. Esa sombra que nubló con preguntas aquella tarde calurosa de primavera tenía una forma extraña, pero, una naturaleza muy certera, acabar de una vez por todas con un extraño círculo de confort del que el promedio de la población no podría quejarse, ni mucho menos intentar huir, se trataba de una mente atípica, no muy brillante, quizás más excepcional por sus rarezas que por sus bellezas, sin embargo no podía deliberar una hora de sueño más, de lo contrario iba a despertar no con un fantasma delator, si no con un demonio aterrador, se vería envuelta en la más terrible oscuridad, despertaría en el lúgubre mundo de la cotidianidad.
Vedci...
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